CALDO TLALPEÑO

Y ALGUNAS VISIONES DEL SUR

no es una cuestión de origen; la mente es un caldo de sensaciones-racionales, deseos-conceptuales y terrores-corporales que se cocinan al vapor de la realidad y la vida. así, con la sinceridad de un árbol, crecemos buscando sentido. lueguito después al no encontrarlo, buscamos rumbo...

somos de donde volvemos.

el origen personal no es una construcción simbólica, ni una maldición genética. más bien, un estado de significancia e identificación orgánica. porque provenimos de la dimensión que contiene los signos que nos explican; que nos dibujan: "soy de donde sopla el viento", "nací donde nace el sol". y sí; el viento, los árboles, la temperatura y los animales son -en conjunto- nuestra otra acta de nacimiento.

esta exposición-itinerante recoge más de treinta miradas y sus respectivos sentires, cultivadas todas en la dimensión sureña de tlalpan y lo tlalpeño.
como hoja arrancada de una bitácora personal, cada pieza de la exposición es testimonio inspirativo de un momento-sureño o de una evocación local. sin quererse explicar o denotar con obviedad, las autoras y los autores comparten un fragmento sincero de su trabajo creativo, que es su identidad pura, también.

la cardinalidad es un signo cultural para los humanos y una razón de supervivencia para los animales. toda forma de vida es cardinal. esa percepción de cosas que terminamos llamando "realidad" está regida por un sistema estético de
dimensiones y sentidos que –al final– tienen que ver con la orientación y los espacios de nuestro rumbo. es así, que el concepto [sur] siempre ha estado asociado a signos de ligereza, libertad y calor. no importa si es un sur-norteño o si es el sur del sur. al norte se avanza, al sur se regresa.

creo que si le preguntáramos al sur de dónde es, seguramente miraría hacia atrás para señalar y responder.

destino es distancia. horizonte es trayecto. andar es gusto.

yo también soy de un sur, o dos.
luis ramaggio,
curador.